Con los avances tecnológicos sucedidos en los últimos años se ha llegado a un punto de inflexión para el rubro de las imprentas. Acceder a una impresora digital, ya sea a tóner o a láser, para un usuario promedio, resulta mucho más accesible que hace poco tiempo. Además, el conocimiento de los usuarios y la facilidad del manejo de estas impresoras, hacen que ellos mismos se encarguen de las impresiones que antes decidían realizar en una imprenta profesional.
Es que el abaratamiento de los costos de las impresoras, tanto como el mayor acercamiento de usuario a los programas de edición digital y al uso de la computadora ha alejado a las imprentas de su uso imprescindible, y esto va a ser así durante los próximos años también, a no ser que las empresas del sector busquen alternativas y soluciones para el futuro de su negocio.
Pero no es la tecnología actual y los bajos costes de las impresoras los que atentan contra la industria de las imprentas solamente, sino también la globalización, que trae consigo la importación de servicios.
Muchas empresas que se dedican a las impresión en grandes cantidades instaladas en China o Corea, ofrecen precios ridículamente bajos, al costo de una mano de obra mal pagada y de una dudosa calidad. Pero que en fin, brindan un servicio más accesible para los usuarios que incluso prefieren realizar pedidos allí y luego traer las impresiones por correo, y aún así, con un costo final menor que hacerlo en alguna imprenta de España.
Todavía es difícil decir si esta tendencia afectará de forma exclusiva a las grandes empresas, o por el contrario, a los pequeños comercios. Lo que sí es seguro es que la industria esta sufriendo una cambio profundo, y posiblemente tienda a desaparecer aún más con la llegada de los libros electrónicos, la venta de lectores digitales y el crecimiento exponencial de la información digitalizada.
Por eso es importante que las imprentas busquen alternativas económicas para los usuarios, como ofertas y packs, o bien bonos mensuales en los cuales les puede resultar mucho más barato que imprimir en casa, con el gasto de tinta que eso supone.
Y como usuarios debemos tener claro qué clase de servicio estamos contratando, además de la calidad de las impresiones y trabajos que hemos encargado, no debemos cerrar los ojos a los derechos humanos de los trabajadores, y conocer si la imprenta con la que habitualmente realizamos pedidos, tiene todos los permisos legales, y no utiliza a las personas como animales productivos.
Soluciones creativas adaptadas a la realidad tecnológica es el futuro de la imprenta, un camino que puede proporcionar grandes beneficios, siempre y cuando las imprentas sean conscientes de las nuevas tendencias y las necesidades que tienen los usuarios.