La serigrafía es una de las muchas técnicas de impresión que se emplean para reproducir imágenes o documentos sobre cualquier material. Consiste en transferir la tinta a través de una malla que está tensada en un marco. El paso de la tinta se bloquea en las áreas donde no habrá imagen, dejando libre la zona en donde pasará la tinta. Es un sistema que permite la repetición, es decir, una vez que se ha conseguido un modelo, esa impresión puede repetirse miles de veces sin perder nada de definición.
Es una de las técnicas más utilizadas actualmente, sobre todo por empresas que la utilizan para distintos materiales que van a vender. Los principales usos de la serigrafía son:
- Hacer reproducciones de arte, pinturas, carteles, dibujos, anuncios...
- Puede estamparse en tejidos como camisetas, vestidos, telas, corbatas, material deportivo, lonas, calzado o cualquier otro tipo de ropa.
- En plásticos: placas de señalización, marquesinas, paneles, tableros de control...
- En madera y corcho para muebles, paneles o elementos de decoración.
- En etiquetas o calcomanías, tanto en papel y PVC como para la decoración de vidrio, azulejos o cerámica.
- Para decorar espejos o cristal, como máquinas recreativas, botellas, envases, ampollas, vasijas, vasos, jeringuillas...
- Para producir cartelería en gran formato como la que se pone en las vallas publicitarias, ya que su tinta es muy resistente a los rayos del sol.
- Para todo tipo de elementos decorativos en escaparates, mostradores, tiendas...
- Para rotular todo tipo de vehículos y material de automoción.
- Para la impresión de todo tipo de material publicitario como pueden ser llaveros, carteras, lápices, bolígrafos...
Probablemente, la serigrafía sea una de las técnicas de impresión más conocidas, gracias en parte a la moda de las “camisetas con mensaje” que tanto se ha extendido en nuestro país.