La evolución de las tecnologías en este sector ha favorecido que las máquinas que se emplean sean cada vez más rápidas y ofrezcan copias de mayor calidad en todos los formatos. De hecho, esta es una de las principales vías hacia las que se han dirigido las copisterías para no perder clientes: la especialización en copias de formatos especiales, bien por el tamaño de las mismas o porque deban realizarse empleando técnicas y acabados concretos de alta calidad.
Una fotocopia estándar realizada en un folio puede conseguirse en papelerías o, incluso, en tiendas no especializadas en el sector de la imprenta. Sin embargo, las copias que tengan que imprimirse en tamaños mayores –DIN-A3, DIN-A5, DIN-A2, etc. para, por ejemplo, proyectos de ingeniería o planos para arquitectos o constructores- o en soportes especiales como adhesivos, transparencias o, incluso, en textil, deben hacerlas profesionales que dispongan de los medios necesarios para poder ofrecer la calidad requerida.
Igualmente, un buen servicio de copistería puede contemplar la posibilidad de personalizar cada pedido de acuerdo a las necesidades del cliente, y no sólo respecto al tipo de copia que se demande o al acabado de la misma –eligiendo el tipo de papel, el color concreto en caso de que se requiera uno específico, etc. Servicios añadidos como la encuadernación o la presentación completa de dípticos o trípticos propician que se valore aún más el trabajo realizado.