Invitaciones de boda, una imagen con el número de cuenta en el que los amigos de los novios han ingresado el importe de su regalo, recordatorios de un bautizo, la foto del cumpleaños en la que aparecen todos los miembros de la familia… hoy en día son múltiples las aplicaciones que pueden llegar a tener los puzzles.
La personalización que permiten, tanto en la imagen que se imprime, como en la forma que presenten –rectangular, circular, ovalada, en forma de corazón, etc.- o el material con el que se realicen, abre todo un abanico de posibilidades que, además, ayuda a que se adapten a todos los bolsillos.
Además, el sistema de impresión que se utiliza para estampar las imágenes, normalmente por sublimación, y los avances en las técnicas de troquelado que se emplean para separar las piezas han conllevado, también, un abaratamiento de los procedimientos que ha permitido popularizar los acabados y, por supuesto, los precios.
Así, por ejemplo, se pueden adquirir modelos estándar, realizados en cartón, de entre 500-100 y 300 piezas por poco más de 20 euros, o hasta 1.000 o 2.000 piezas por precios que pueden oscilar entre los 40 y los 120 euros –en función de si se presentan montados y enmarcados o desmontados en una caja-. Si, por el contrario, se opta por solicitar puzzles magnéticos, piezas de madera o un número mayor las mismas, el coste se va elevando progresivamente.
No obstante, si lo que se busca es, simplemente, regalar pequeños detalles –ideales como recordatorios de celebraciones especiales o como entretenimiento para los niños-, existen diseños más económicos de pocas piezas y tamaños reducidos que suelen tener un precio de entre 5 y 15 euros.