Las nuevas tecnologías permiten que los regalos más tradicionales de San Valentín vayan evolucionando hasta conseguir la personalización absoluta. Todo vale para conseguir sorprender cada vez más a esa persona especial. Y, en esta ocasión, ¿puede haber algo más original que regalar una caja de bombones con la forma de la cara del enamorado?
Esta idea ya es una realidad en Japón, donde un FabCafe –la evolución en alta tecnología de los conocidos cybercafés- ofrece un taller para poder obtener la talla de una cabeza escaneada y disponible como un modelo digital para poder imprimirla –gracias a una impresora 3D- en un molde de silicona del que hacer los bombones.
Y es que, sin lugar a dudas, la impresión en 3D abre todo un mundo de posibilidades, no sólo a los clientes sino, por supuesto, a los profesionales de la impresión que, hoy por hoy, pueden ampliar y diversificar su negocio incluyendo servicios como los que empiezan a presentar estos nuevos establecimientos japoneses.
La idea es, en este caso, ofrecer unos servicios especializados a los que los usuarios no podrían acceder de forma individual, ya que tanto el software como el hardware de modelado –escáneres e impresoras en 3D, materiales de impresión, etc.- son excesivamente costosos y no siempre sencillos de manejar.
Sin embargo, su adquisición sí que puede resultar rentable para una imprenta o establecimiento que desee ofrecer nuevas propuestas. Incluso, puede emplearlo para impartir cursos sobre su manejo, lo que favorece, también, una formación especializada de los profesionales de cara a un futuro no tan lejano.
Además, y mientras este tipo de tecnología se populariza, sólo es necesario tener un poco de imaginación y algunas ideas curiosas e interesantes para, siempre que el presupuesto no sea demasiado elevado, explorar los nuevos materiales sobre los que imprimir y abrir este abanico de posibilidades que está aún iniciándose.
Imagen: guiacatering.com