Los flyers tienen, realmente, un marcado carácter publicitario y, de hecho, se suelen emplear para dar a conocer promociones, descuentos, servicios especiales, informar de eventos o campañas concretas –por ejemplo, un concierto o un recital en un bar o restaurante-, etc.
Teniendo esto en cuenta, y dado el tamaño reducido que suelen tener presentar –admiten diferentes medidas pero no superan la cuarta parte de un DinA-4, el mensaje que se transmita en ellos tiene que ser muy claro y directo.
Por ello, se deben incluir sólo los datos fundamentales –qué, cómo, cuándo y dónde- y utilizar un lenguaje sencillo para evitar confusiones. Los colores de fondo o las imágenes que se empleen también son elementos que hay que tener en cuenta para conseguir captar la atención de la persona que recibe el flyer.
El tamaño y el tipo de impresión que requiere –no es necesario trabajar con sistemas especiales o técnicas excesivamente cuidadas- favorece que sea un elemento que especialmente económico.
Por ejemplo, un pedido de 50 flyers de 10x15 cm. o de 10x20 cm. –lo que permite presentaciones más horizontales o verticales- puede tener un precio de entre 15 y 20 euros en función del tipo de papel que se emplea, el acabado –mate o efecto plastificado- o si la impresión es sólo en el anverso o también en el reverso.
Esta circunstancia propicia también su distribución masiva. Un hecho muy positivo porque la información se transmite a un mayor número de personas, pero igualmente hay que valorar el impacto que se consigue y que no existe un público objetivo concreto que vaya a permitir obtener resultados completamente fiables.