Presentar el nombre y el logo de cualquier empresa en un rótulo vistoso y acorde con el sector y los valores que se quieran transmitir es una de las mejores formas de destacar sobre la competencia. Por ello, es fundamental elegir una buena imprenta que, además, pueda asesorar sobre el material o el tipo de soporte más adecuado para conseguir este fin.
Si hace algunas décadas los soportes que se podían elegir eran bastante limitados, las nuevas tecnologías y, sobre todo, la progresiva evolución de los sistemas de impresión ha favorecido que, hoy por hoy, los fabricantes dispongan de multitud de posibilidades –acero, madera, aluminio y, especialmente, el metacrilato, uno de los más empleados en el caso de los rótulos luminosos-.
El vinilo también es uno de los materiales más empleados ya que, además de resultar muy económico, admite diversidad de aplicaciones y se puede adaptar fácilmente al registro que marque la empresa que encarga el rótulo.
De hecho, existen diferentes tipos de vinilos para adaptarse a todas las necesidades. Así, se puede encontrar vinilo de larga duración –que garantiza su perfecto estado entre 7 y 9 años en exteriores, sin encogerse y manteniendo el color-, de duración media –unos 5 años- o el vinilo estándar mate o brillo –ideal para rótulos temporales que, por ejemplo, se empleen en eventos, ferias, locales, etc.-
Por otra parte, la evolución de los sistemas de impresión ha sido más que notable. Así, de la rotulación que se realizaba a mano alzada, se pasó a las primeras y muy sencillas imprentas que permitían una reproducción mayor y más económica. Actualmente, el sector dispone de herramientas que han propiciado una mejora notable en los procesos productivos de la fabricación de rótulos.
Un hecho que, a su vez, ha derivado en un mayor control por parte de las grandes empresas e, incluso, de la propia administración pública, para que los profesionales cumplan siempre con unas condiciones mínimas de calidad y servicio.